Shakira lo hizo de nuevo. Sacudió al mundo con un adelanto de nuevo disco; en este caso se llama “Loba” y, a partir de movimientos eurodance, encierra el ya no tan secreto anhelo de conquistar el planeta.
Desde los Estados Unidos, la diva colombiana trazó un diagnóstico sobre cómo afecta el "nuevo ciclo" artístico ciertos planes personales que, a medida que pasa el tiempo, se vuelven impostergables.
-En su letra, "Loba" parece un ataque contra la supremacía del macho, algo que ya se insinuaba en "Las de la intuición". ¿Va por ahí el asunto?
-La letra de esta canción expresa el sinnúmero de deseos subconscientes que existen dentro de cada mujer o de cada hombre, y una parte nuestra que escondemos del mundo. Te diría que esta canción trata más de las libertades individuales que nos corresponden a cada uno de nosotros y de defenderlas con los dientes como una fiera.
No es tanto la supremacía de un genero sobre otro sino sobre la libertad de cada género en sí mismo. Es, sobre todo, ocuparse de uno mismo y que cada uno haga lo que quiera con su libertad.
-¿Sentís la tensión entre el reloj biológico que te llama a reproducir y la voracidad de la estrella pop por tomar al mundo por asalto?
-La loba esta lista para reproducir, sí. Pero quiero que mi Lobito llegue en el momento justo y no en la mitad de mil proyectos. Quiero tener mi lobito, eso está claro. No hay tensión por suerte, lo llevo con equilibrio y con ganas de poder hacer ambas cosas.
-¿Solés mirar hacia atrás y pensar en cómo lograste lo que lograste? ¿Cómo fue que te convertiste en fetiche global?
-En general, me parece que tiene que ver con no repetir fórmulas. Cada vez que entro al estudio, me propongo explorar caminos que no haya recorrido antes. Esta vuelta el viaje experimental fue sónico, y me puse a investigar algo del folclore de otros países para buscar nuevas influencias y así que fusioné lo electrónico con los sonidos del mundo: tambores, clarinetes, música oriental e hindú, dancehall, cuerdas.
Pienso que estos caminos hacen que la música no tenga fronteras ni trabas religiosas o étnicas sino un solo lenguaje universal. Lo que más me gusta de esta carrera está en el desafío de hacer algo distinto. Algo que me provoque. La posibilidad de crear y comunicar.
-Algunos se desactivan cuando sienten que lo consiguieron todo...
-No es mi caso, cada ciclo es un nuevo desafío. Cada vez que empiezo un ciclo, me siento como si no hubiese conseguido nada, que vuelvo a empezar de cero. Ahora estoy en foja cero.
-¿Reincidirás con un título psicologista como "Fijación oral"?
-El título del próximo álbum es ¡¡¡LOBA!!! (lo tipeó así, con mayúsculas y signos de admiración).
¿Te suena psicologista? Tendrá mucho baile, fantasía, surrealismo... Será lupino.
-¿Cómo te afectó la muerte de Michael Jackson?
-Estoy muy triste por su desaparición física. El fue el Rey de la genialidad artística, del baile y la fantasía. Fue quien reinventó el pop y presentó una nueva manera de articular la música. Con su muerte, nace una leyenda hasta el final de los tiempos.
-"Loba" es un tema en español de un disco en inglés. ¿Volverás a nuestro idioma?
-Volveré, claro. A principio del año que viene, porque todavía estoy trabajando en el disco "en español". Soy perfeccionista. No lo dejaré salir hasta que no esté el último acorde en el lugar que tiene que estar.
-Tu carrera también debe ceder ante tus iniciativas filantrópicas. ¿Cuesta organizarse para eso?
-Cuando empieza un ciclo las agendas son muy apretadas y el proyecto se adueña de tu agenda. Y cuando querés darte cuenta, estás comprometida para visitar 50 países en un par de años y así es muy difícil compatibilizar las cosas. Por eso me tomé un año para dedicarme a las "fundaciones", a Pies a Alas, a reformar mi casa, a ir a la universidad. Hoy siento que los proyectos que necesitaba armar están bien encaminados.
jueves, 9 de julio de 2009
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